domingo, 22 de marzo de 2009

El nuevo rebaño

El fin de semana pasado fui con Luis Enrique y unos amigos al retiro "Late ke late" organizado por la comunidad La Barca. Las oraciones fueron muy ungidas y los temas estuvieron interesantes. El retiro nos ayudó a tomar decisiones para mejorar nuestra vida espiritual.
Tuve una semana agitada porque empezaron las clases, los ensayos, las entrevistas de trabajo, etc. Le agradezco al Señor porque me da fuerzas y mucha paciencia. Me di cuenta esta semana de que Él está calmando mis reacciones. Cuando algo me molesta exploto rápido, me hiperventilo y armo un dramón. Pero ahora lo estoy tratando de controlar y siento que Dios me ayuda (porque si por mí fuera... ¡uff!).
El Señor me ayuda porque yo le doy mi tiempo. El martes fui a misa (Luis Enrique y yo hemos quedado en ir todos los martes) y luego guié la oración en el grupo de mayores. El Señor se manifestó con poder esa noche y (una vez más) yo no hice nada más que dejarme guiar por su Espíritu.
Ayer empezó el nuevo rebaño del cual soy responsable. La mayoría del tiempo compartimos sobre nosotros mismos y sobre nuestra fe. Fue lindo, todos estamos entusiasmados y felices porque el Señor nos enamoró y ha creado ese espacio para que nosotros crezcamos, sábado a sábado, en su amor.

Es por eso que le agradezco a Dios con todo mi corazón.

martes, 10 de marzo de 2009

La última matrícula

Todo un show. Resulta que las matrículas en la universidad son un pandemonium. Tienes una primera semana de lucha por vacantes. Me metí en Seminario 2 con un profesor pedido (desde ahora, "el bueno" para evitar nombres) y finalmente parecía que no entraba a pesar de mis ruegos fervientes. Mi 16 de promedio y yo nos sentimos ofendidos porque reclamé lo del Turno de Matrícula al Secretario Académico (evito nombres nuevamente) quien me habló de "rendimiento académico" cuando el Turno tiene que ver más con los créditos que ya llevaste. En fin.
Luego, hay una etapa llamada "Modificación de la inscripción" en la cual ultimas detalles. Ya no me gustan las amanecidas frente a la computadora. Como no entré con "el bueno" tuve que meterme con uno que casi no tenía gente y califica bajísimo (desde ahora, "el malo" para evitar nombres). Entré, salí, lloré, reí... Instancias típicas en toda inscripción desesperada. Hora y media antes de que "termine" (supuestamente) el martirio, se fue la luz en mi casa. Bueno, lo superé porque ya había entrado a algo, ¿no? Aparte, me había metido a un par de cursos más y había entrado bien.
Ayer tenía que ver la confirmación de mi matrícula. Y resulta ahora que no estaba EN NADA porque no pagamos la boleta (para esto, ponen el vencimiento cuando les da la gana y si no llegaste, "qué pena, son solo 233 soles de multa"). Como si uno sacara plata del inodoro, pff. Tenía que ir a Matrícula Presencial. Me dio un ataque de histeria, había sufrido un par de semanas por las puras. Mi papá corrió a pagar (el pobre también pasó por una crisis nerviosa pero no era para menos).
Hoy me levanté con la cara cansada de tantos gritos y tanta preocupación. Decidí ir de buen humor y superada, no había mucho por hacer. Era mi última matrícula así que tenía que ser un momento especial en mi vida (¿?). Estoy con "el bueno" porque fui la primera en entrar (aparte que llegué tempranazo e hice mi cola mismo leche Enci). Después fui al CAPU y confesé mis ataques de histeria. Yo ya sabía que Dios me concedería entrar en el curso que le pedí, pero pasé por toda la Divina Comedia antes. A Dios le gusta aleccionar(me).
Ahora estoy tranquila y llevaré mi último ciclo con la bendición del Señor y con menos reniegos (espero). Es el último empujón. Aparte, bien dicen que "Et lux in tenebris lucet", ¿no?

Es por eso que le agradezco a Dios con todo mi corazón.