sábado, 2 de octubre de 2010

Confirmación 2010

He dejado de escribir un par de meses. No porque no tuviera nada que agradecer, sino por falta de tiempo y creatividad literaria.
Al iniciar este año, no pensé que el Señor me llamaría a ser catequista. Lo fui en el colegio alguna vez, luego de mi Confirmación, pero esta vez fue distinto.
Cuando conversamos con la Pastoral Juvenil, evaluamos la posibilidad de que no hubiera Confirmación este año en la parroquia, por diversos motivos. Sin embargo, en una oración frente al Santísimo vi y sentí lo que Dios hizo en mi vida en mi catequesis de este sacramento. Me di cuenta que si no fuera por ese primer encuentro personal con Él, no estaría perseverando hasta hoy.
Se decidió que hubiera Confirmación y tuve la oportunidad de guiar al Grupo 1 (los mejores, jajaja) y de compartir con ellos estos meses de crecimiento espiritual: risas, anécdotas, silencios, oraciones, discusiones, papitas, café y Choco Krispis.
Lo más importante de esta experiencia fue conocer a Samantha, Alejandra, Camila, Diego, Denisse, Cristy, Alvaro, Andrea, Enzo, Alejo, Alfredo, Mayra y Valeria. Son jóvenes que han conocido al Señor y que están dispuestos a seguirlo de ahora en adelante.
También el equipo de servicio fue maravilloso, compuesto de personas dispuestas a dar lo mejor de sí para la gloria de Dios: Clau, Diego, Aldo, Mau, Mili, Fio, Rodrigo, Ale, Xime, Ivette, Fernando, JLoS, Pili y Beto. Aprendí muchísimo este año de ellos, ¡muchísimo!
Evangelizar de esta manera, compartir lo que Dios hizo en mi vida y ser un instrumento para que Él actúe en los demás... no tiene precio.
Hoy fue la Ceremonia de Confirmación. Una de muchas que viviré (si Dios me lo permite). Tengo fe en que los chicos serán a su vez luz para iluminar a otros jóvenes que todavía no conocen plenamente a Cristo.

Es por eso que doy gracias a Dios con todo mi corazón.