viernes, 10 de diciembre de 2010

Esperanza

El martes tuve un día normal en el trabajo. Regresé en la tarde a la casa y me puse a sonsear un poco. Yo misma supuse que ya no iría al grupo de oración por pura pereza (y porque últimamente no paro mucho en mi casa y eso tampoco es bueno, supongo). En todo caso, ya no iba a salir.
Pero el Señor no deja de sorprenderme y esta vez mi mamá justo tenía una reunión en Miraflores y me podía llevar y recoger a Santa Rita. Gol de Perú. Me alisté rapidísimo y salí rumbo a la parroquia.
Recibimos una maravillosa y sorprendente noticia: Nuestros hermanos Sandra y Carlos serán padres. Y lo compartieron en el grupo, fue un momento recontra emotivo. Ellos lo esperaron por mucho tiempo y ahora es una realidad cuando se pensó que no se podría. Si les contara la historia... Uff. Hoy en día, el mundo propone tantas cosas respecto a la fertilidad. Pero ellos solo tuvieron fe y lo dejaron en manos de Dios. Y Él se ha manifestado de manera asombrosa. Es una bendición enorme para la comunidad.
¡Y por si fuera poco me llevé la Virgen esta semana! La tengo en mi hogar, hermosa, rodeada por la corona de adviento. Y hoy le recé un Rosario. Sin duda, este es un tiempo de esperanza. Un tiempo para recordar que nunca, pero nunca, se debe dejar de creer.

Es por eso que le agradezco a Dios con todo mi corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario