jueves, 27 de enero de 2011

Dar vida

Ok. Aún no soy mamá.
Pero hoy fui a donar sangre por segunda vez y le di algo de mí a alguien más. Wow. Alucinante.
Fui porque mi tío está hospitalizado, pero mi sangre será para reponer la que ya le pusieron. Y salvará a alguien más, si Dios quiere.
Me atrevo a recomendarlo, no duele ni se sufre ni debilita, ni engorda , ni adelgaza...
Donar sangre es donar vida, es dar amor, es un acercamiento a Dios a través de la caridad. No es un sacrificio. Es un honor.

Es por eso que le agradezco a Dios con todo mi corazón.

lunes, 17 de enero de 2011

A pesar de todo

Estas semanas han sido decisivas para mí. Empecé el nuevo año sin saber lo que Dios quiere. He flojeado un poco en mi oración personal estos días. Me he ido un poco más hacia el mundo que hacia Él. Le había dicho que necesitaba este descanso, no forzarme a mí misma a orar o a ir a misa. Como les decía antes, reencontrarme con mi libertad, con mi independencia, con mi voluntad. Hacer las cosas por amor a Él y no por el deber hacerlo.
Él escribe recto en renglones torcidos. Estaba asustada por tener que asumir la Coordinación del Programa de Confirmación este año pero Dios prefirió que no fuera así. Me da mi tiempo y mi descanso. Me permite no sentirme indispensable, no siempre tener el micrófono en el Ministerio de Música, no siempre tener trabajo, no siempre tener paz en casa, no siempre tener todo... Y me ayuda a ser humilde.

Quiero especializarme en la Educación Artística porque me ayuda en eso, precisamente. Antes no hubiera querido porque enseñar implica desprenderse de uno mismo, compartir. Y digamos que el hecho de ser hija única hace que no siempre entienda bien el significado de esa palabra.

Hoy descubrí un nuevo don que Él ha puesto en mí: la intercesión. En estas dos semanas la mayoría de veces que he orado han sido por alguien más. No sé la razón pero siento la motivación en determinados momentos.

¡Me ha regalado un don! Y yo me siento incapaz, cansada, vulnerable, pecadora. El sábado tuve un día difícil y me desesperé horrible, lo hice sufrir. Soy esa samaritana que a veces se sigue equivocando en las mismas cosas. Y Él a pesar de todo está conmigo y me regala a personas con las cuales compartir y en las cuales apoyarme. Es demasiado para mí. Wow.


Es por eso que le agradezco a Dios con todo mi corazón.