martes, 17 de febrero de 2009

El llamado

Vaya día. En la mañana tuve un compartir con Nora (la responsable del grupo Siervos del Señor) y me planteó la idea que se venía conversando de formar un rebaño de jóvenes de 20 a 30 años y que yo lo guiara. Conversamos sobre lo que sería el rebaño y en la tarde estuve discerniendo quiénes podrían conformarlo. Sin embargo, sí sentí miedo, pero creo que es natural y que todo pastor pasa por eso. Me sentí no apta para el cargo. No me sentía con capacidad para compartir y evangelizar a gente de mi edad y que saben probablemente lo mismo o más que yo. Y sentía que mi oración no era de lo más perseverante tampoco. Pero si el Señor me llamaba, ¡no me iba a negar de ninguna manera!
Estoy en el rebaño de jóvenes hace regular tiempillo. Pero un día como hoy (el martes siguiente del aniversario del grupo) fui al grupo de mayores por primera vez. Bueno, fue el año pasado así que cumplí mi primer añito.
En el grupo siempre se reparten papeles con números y a modo de sorteo, la Virgen en realidad escoge con quién se va su imagen (una linda escultura que tiene un rosario y un denario con ella) hasta el siguiente martes. Me saqué el número 66 y le dije a Luis Enrique que no era un buen número, a modo de broma (un 6 más y... bueno en fin). No sé por qué sentí que podía salir y me puse a pensar si tendría tiempo para orar esta semana por las intenciones del grupo. Increíblemente salí escogida por la Mamita, lo cual me hizo sentir especial y supe que el Señor piensa mucho en mí y tiene cosas maravillosas para mi vida. Hasta me está ayudando a orar, me da mi empujoncito. Es increíble. Y es una bendición para mi hogar que no saben cuánto lo necesita. Estoy muy feliz.

Es por eso que le agradezco a Dios con todo mi corazón.

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