
Te doy gracias por mi comunidad, por la gente con la que comparto mi vida, por la Eucaristía, porque por momentos siento una paz en el corazón que sé que viene exclusivamente del Espíritu Santo, porque tú me haces CREER, porque me ayudas a tener paciencia en momentos en los que solo un milagro puede calmarme (aunque me dé vergüenza admitirlo), porque nadie me ama tanto como tú (y eso es increíblemente genial), porque esta semana vi "Los miserables" y me di cuenta que sí se puede amar con esa profundidad y esa entrega. Gracias porque yo quiero ser como tú. Eres el mejor modelo a seguir.
Gracias porque tú ves más allá del sufrimiento, ves la humildad absoluta y el amor hasta el extremo. Hoy es tu día. Y yo te doy gracias por haber estado en este mundo, y porque me estás esperando junto al Padre.
Es por eso que le agradezco a Dios con todo mi corazón.
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