Suelo tener un mismo obstáculo para llegar a tener coherencia de vida: relacionarme con mi mamá. No puedo salir con ella sin terminar molestándome. Pero ayer me pasó algo particular. Estaba en Wong con ella y habíamos comprado algunas cosas. Cuando llegamos a la caja, me pidió que buscara Macaroni&Cheese porque estaba de oferta con puntos Bonus. Fui volando y me dice "¡También trae chicha!". En fin, habían un montón de marcas del fideito famoso, así que escogí cualquiera y regresé corriendo con las botellas de chicha también. Había un señor detrás de mi mamá en la cola, a quien le pedí permiso para pasar. Justo mi mamá mira a la cajera y dice: "Ya cerraste, ¿no? Ya cerró ya". Y yo giré para devolver las cosas. El señor me dice que compre no más pero le dije que ya no importaba. Al pasar por su lado, suspiré y me dije a mí misma en voz baja: "la odio". Regresé las cosas a su sitio y volví a la caja. Atolondrada, le dije al señor: "Permiso, permiso, no me odie" a lo que el señor me respondió "Yo no odio a nadie" con una voz tan pacífica. Lo amé. El odio se me pasó y me quedé impresionada, choteada, avergonzada, intimidada, callada. Aprendí que siempre se puede ser más paciente, más tolerante, más maduro y más santo. ¡Yo quiero!
Es por eso que le agradezco a Dios con todo mi corazón.
Anoche me enojé con mi mamá por una sonsera. Incluso fui al Santísimo hoy (sin saludarla ni nada) y le pedí a Dios que me ayude porque la ira en mi corazón era muy grande. Resulta que hoy en la tarde llamó a mi casa un tal Jorge Mendoza León, dizque productor de Amércia Televisión, y me dijo que mi papá había salido sorteado a nivel nacional y se había ganado una camioneta 4x4 gracias a "El Show de los Sueños" y a Gisela.. Yo le seguí la corriente pues pensé que era una broma, hasta que me dijeron que vendrían a mi casa (y me dieron una dirección mía que ya no es, pero la sabían) y que tenía que comprar una cerveza Cristal, un detergente Ace y 6 tarjetas Claro de 60 soles porque ellos son los auspiciadores y bla bla bla.. Me preguntaron si lo haría y dije que no sabía, que iba a ver, me empecé a poner irónica.. Entonces el tipo este me empezó a decir cosas horribles y a amenazar de muerte, que iba a secuestrarme y hacerme cosas, que me estaban siguiendo (claro, y ni tenían mi dirección actual).. Le dije que iba a ver qué podía hacer y lo dejé esperando. Tuve que superar mi resentimiento y contarle a mi mamá, quien me dijo que eran sonseras y que me estaba asustando por las puras. Luego, ella agarró el teléfono y le dijo que yo había salido y que no moleste. El tipo le mentó la madre y ella le colgó. Averigué en internet y resulta que es una banda de estafadores que buscan que les den la clave de las tarjetas telefónicas que compran las víctimas. Muchísimas personas han caído y es una lástima que jueguen así con las personas (incluso con ancianos y niños). Felizmente, en este caso fue solo un susto.Y Dios me ayudó a "reconciliarme" con mi mamá. Tal vez Él tuvo que usar esta manera tan drástica porque conoce mi necedad y mi orgullo. Si les pasa algo similiar, no confíen en premios ni sorteos. Si tenemos a Dios, es todo lo que necesitamos.
Es por eso que le agradezco a Dios con todo mi corazón.