Hoy concluye una semana en la que no he sido yo misma sino un instrumento de Dios. Por supuesto, para gloria suya y humillación mía.
El rebaño de jóvenes está pasando por una etapa difícil. Y yo no soy muy tolerante a las frustraciones. La perseverancia no ha sido nuestro fuerte. Algunos van un sábado, otros van al siguiente. Por ende, ningún bloque de temas puede ser asimilado y no estamos creciendo.
Nuestras prioridades estan mal planteadas. Si aparece algo de último momento, o nos da flojera, o tenemos que estudiar... "Ya ps, ya no llego al grupo". O vamos sin ganas. Como si Dios fuera, sin exageración alguna, la última rueda del coche.
Nos comprometemos y no cumplimos. Nos portamos como niños. Siendo sincera, de pronto me di cuenta que los del rebaño de adolescentes muchas veces son más maduros que nosotros. Deprimente. Y yo que ando con la tendencia...
Pero esta semana me alumbró un poco. Hablé con cada uno de los del rebaño, largo y tendido. Igual algunos harán lo que les da la gana porque cada uno es libre. Y Dios sabe lo que hace conmigo.
El problema es ese. Dios sabe, pero yo no tengo la más mínima idea.
La semana pasada estábamos orando y cuando partí la Biblia leí el bautismo que Juan le hizo a Jesús. No entendí qué significaba eso en mi vida. Pero ayer me ayudaron a comprenderlo: Me siento indigna de servir al Señor.
Y es que siempre pienso lo mismo. Hay mucha gente buena y PACIENTE y con muchos carismas en el mundo. No me siento la persona idónea para servir al que es dueño de absolutamente todo. Como Juan, a veces no sé por qué lo hago, pero tengo que hacerlo.
Fue una semana de servicio. Y no soy pesimista, me sentí muy bien de poder compartir con mis hermanos. Los conozco cada vez más y los amo cada vez más. El problema es que el amor a mí misma no está creciendo.
Estaba triste anoche. No sabía si valía la pena. Pero de pronto vi un papel frente a mí que decía "Jesús, yo confío en ti". Era un mensaje del Señor y decía que no me debo dejar perturbar ni aturdir. Sólo debo entregárselo todo. Pero me cuesta tanto.
Sé que en la medida en la que yo entregue mi tiempo y mi corazón, ese Dios al que tanto adoro llenará mi vida. Así que retendré a mi fe... y ella se quedará conmigo.
Es por eso que le agradezco a Dios con todo mi corazón.
Estando aqi, sentada frente a la compu y leyendo este mensajito qe has escrito,entre feliz y confundida... puedo decirte qe Dios solo kiere k seas tu aqella persona qe nos guie o weno hablo por mi, aqella persona qe me guie a èl, creo qe hasta ahora no e podido decirte GRACIAS!! e aprendido a sonreir y ver las cosas desde otro àngulo como diria el ingeniero jijijijiji
ResponderEliminarComo escuche ayer a Israel: Escucha con los odios, abre bien los ojos y entrega!!!
Te quiero mucho Moyitaa!!! Solo dejate guiar por èl y limpia esos odios pa qe lo escuches jejeje...
Tu eres una persona muy inteligente... (por lo menos eso parece cuando escribes estos textos), paciencia? yo creo que la tienes y mucha!! o es que acaso nunca le has servido a un enfermo? yo creo que sí. Todos lo hemos hecho y en algunos casos (en particular) hemos sido los enfermos... Gracias por tus mensajes... aunque los leo tarde (muy tarde) se que me van a ayudar mucho!
ResponderEliminarNUNCA es tarde!
ResponderEliminarY como diría uno de los dichos de mi abuela: Nunca es bastante para el que bastante es poco...
Sigamos caminando :)